Trastornos de personalidad

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

"La principal tarea del hombre en la vida es darse nacimiento a sí mismo, llegar a ser lo que potencialmente es. El producto más importante de este esfuerzo es su propia personalidad" Erich FROMM.

 

 

 

La personalidad es el conjunto de pautas de conducta que residen en un individuo, un patrón de sentimientos, emociones y pensamientos ligados al comportamiento y que se da a lo largo del tiempo en diferentes situaciones, caracterizando y distinguiendo a las personas, otorgándoles unicidad y distintividad. 

 

 

Es una forma de pensar, de sentir, de comportarse y de interpretar la realidad. Un trastorno de personalidad sería, por lo tanto, un desorden o disfunción de la personalidad que tiene lugar cuando esa forma de sentir, actuar e interpretar la realidad resulta inapropiada y poco adaptativa, provocando frecuentemente problemas en diferentes facetas de la vida, laboral, conyugal, social o personal…

 

 

La importancia de los trastornos de personalidad resulta crucial, pues en muchas ocasiones un trastorno de ansiedad, una depresión o incluso una esquizofrenia pueden tener su origen en la personalidad del individuo, de manera que la depresión resulta el síntoma principal de una personalidad depresiva, la ansiedad el síntoma de una personalidad evitativa o la esquizofrenia el de una personalidad esquizoide o esquizotípica. 

 

 

El problema en estos casos es tratar el trastorno depresivo sin tener en cuenta que detrás hay un trastorno de personalidad, y que si no se trata, la depresión volverá a asomar más adelante.

 

 

  Criterios diagnósticos generales para un trastorno de la personalidad

 

A.   Un patrón permanente de experiencia interna y de comportamiento que se aparta acusadamente de las expectativas de la cultura del sujeto. Este patrón se  manifiesta en dos (o más) de las áreas siguientes:

 

(1)    cognición (p. ej., formas de percibir e interpretarse a uno mismo, a los demás y a los acontecimientos)

(2)    afectividad (p. ej., la gama, intensidad, labilidad y adecuación de la  respuesta emocional)

(3)    actividad interpersonal

(4)    control de los impulsos

 

B.   Este patrón persistente es inflexible y se extiende a una amplia gama de situaciones personales y sociales.

 

C.   Este patrón persistente provoca malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.

 

D.   El patrón es estable y de larga duración, y su inicio se remonta al menos a la adolescencia o al principio de la edad adulta.

 

E.    El patrón persistente no es atribuible a una manifestación o a una consecuencia de otro trastorno mental.

 

F.    El patrón persistente no es debido a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (p. ej., una droga, un medicamento) ni a una enfermedad médica (p.  ej., traumatismo craneal).