Competencia social

 

El concepto de competencia es conductual, fácilmente objetivable y operativo que se traduce en ejecuciones, en rendimientos, en resultados. La competencia es en general la capacidad de ejecución, de rendimiento. Así podemos hablar de competencias intelectuales, relativas al rendimiento académico y cognitivo, y de competencias sociales relativas a la interacción eficaz con el medio social; es por tanto la capacidad para interactuar eficientemente con el propio entorno.

 

Al hablar de competencia social nos referimos al conjunto de habilidades que se ponen en juego al enfrentarse a situaciones interpersonales. Un individuo puede tener en su repertorio unas determinadas habilidades sociales, pero para que su actuación sea competente, ha de ponerlas en juego en una situación específica. No es más hábil el/la que más conductas tenga, sino el/la que es más capaz de percibir y discriminar las señales del contexto y elegir la combinación adecuada de conductas para esa situación determinada.

 

 

Las competencias se aprenden, se adquieren con la práctica. Sin embargo, además de elementos de aprendizaje, toda competencia supone factores motivacionales. Para llegar a ser competente en cualquier área hace falta hallarse motivado a ello. 

 

El aspecto motivacional se manifiesta en la satisfacción que la persona obtiene en la interacción.

 

Un factor importante para el desarrollo social es la habilidad para hacer amigos, la percepción de los demás como fuente de satisfacción y la oportunidad de experimentar interacciones sociales que hagan agradable dar y recibir afecto.

 

En los intercambios sociales conlleva cambios paulatinos principalmente en tres áreas:

 

- Social-afectiva.

En ella se pueden distinguir tres categorías:

a) Unión: Capacidad para establecer un vínculo afectivo con otra persona.

b) Expresividad: Capacidad de expresar, con espontaneidad, los propios sentimientos, cariño, tristeza, agresividad, etc., de manera comprensible para los demás.

c) Autocontrol: Capacidad de comportarse con independencia de controles externos.

 

- Social-cognitiva.

 Esta área es decisiva para el desarrollo social. Incluye varios aspectos:

a) Conocimiento social. Conocimiento de las personas, del yo social (impresión que los demás tienen de nosotros), y de las situaciones sociales (relaciones sociales).

b) Capacidad para situarse en la perspectiva del otro, y anticipar lo que ellos pueden pensar o sentir.

c) Atribución. Capacidad de atribuir motivaciones internas a comportamientos observables, de asociar causas a acontecimientos sociales.

d) Juicio moral. Capacidad de utilizar el propio juicio basándolo en principios morales universales.

 

- Comportamiento social.

 Entendido como la capacidad para establecer relaciones con los demás. Incluye varias categorías:

a) Comunicación. Capacidad para enviar y recibir mensajes tanto verbales como no verbales.

b) Cooperación.

c) Destreza para la inclusión y la participación en actividades en diferentes grupos sociales, familia, escuela, vecindad... para ser aceptada.

d) Capacidad para manejar situaciones conflictivas, en las que los intereses de unos están contrapuestos a los de otros.

e) Autonomía del yo social. Capacidad de mantener un cierto grado de independencia en las acciones.

 

 

- PROBLEMAS EN LA COMPETENCIA SOCIAL.

 

Podemos hablar de dos grandes grupos de individuos que presentan problemas en el ajuste social:

a) Las personas inhibidas, tímidas o aisladas. No defienden sus derechos y se conforman fácilmente con los deseos de los demás. Son pasivas, lentas, no inician relaciones sociales, tienden a responder negativamente cuando alguien se les acerca. Tienden a ser ignoradas por sus semejantes.

b) Las personas impulsivas, agresivas o asociales. Son poco cooperativas, desobedientes y agresivas. Tienden a violar los derechos de los demás, son destructivos, buscan llamar la atención, son impopulares y reciben frecuentemente muestras de rechazo. Carecen de autocontrol y presentan frecuentemente trastornos en el aprendizaje.

La inhibición y la impulsividad son dos polos de una conducta social. Son ambas conductas desajustadas.