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(esta página responde a un proyecto y el cual se debe tomar a nivel informativo y no como referencia oficial en entrenamientos en habilidades sociales)

 

Las personas, en cuanto seres sociales que somos, durante la mayor parte de nuestro tiempo, estamos interaccionando con los demás, por lo que poseer buenas habilidades sociales están determinando la calidad de nuestra vida.

 

Pero conseguir que nuestras relaciones interpersonales, nuestra comunicación, nuestro diálogo con el entorno, sea natural, espontáneo, fluido, sin malos entendidos, sin conflictos, es más difícil de lo que a primera vista pudiera parecer.

 

Es bien sabido que las relaciones con otros pueden ser el orígen de las mejores satisfacciones y de la más negra desdicha. Algunas personas ven dañada su salud psíquica debido a que tienen dificultades para establecer y mantener relaciones sociales con otros. Muchos encuentros cotidianos pueden ser desagradables, embarazosos o infructuosos debido a un comportamiento social inadecuado y, tal y como hemos dicho, la capacidad para relacionarse es el exponente más representativo de nuestra salud mental, tal y como lo demuestran numerosas investigaciones.

 

Podríamos definir las habilidades sociales como aquellas conductas que las personas emiten en situaciones interpersonales para obtener respuesta positiva de los demás. En la medida en que una persona se relaciona de forma adecuada con otros, recibe reforzamiento social positivo, lo cual, eleva la autoestima del individuo, elemento fundamental para el ajuste psicológico. En cambio, cuando las relaciones con otros están determinadas por la ansiedad, la inhibición o el reforzamiento negativo de los demás, la persona tiene un pobre concepto de sí misma.

 

Si consideráramos las habilidades sociales como un don que la naturaleza regala a aquellos que las poseen, poco podríamos hacer. Sin embargo, el trabajo realizado por psicólogos sociales ha hecho posible investigar las técnicas sociales más efectivas y cómo pueden aprenderse. Por ello, podemos concluir que MEJORAR LA CAPACIDAD PARA RELACIONARSE Y COMUNICARSE CON LOS DEMAS SE APRENDE Y RESULTA PERFECTAMENTE OBJETIVABLE Y EVALUABLE. ESTE ES NUESTRO OBJETIVO.

 

La comunicación interpersonal es una parte esencial de la actividad humana. No es ningún secreto que millones de personas en la sociedad occidental no son felices en su vida social. En mayor o menor medida muchos de los problemas de las personas están mediatizados por sus relaciones con los demás.

 

El uso explicito del termino habilidades significa que la conducta interpersonal consiste en un conjunto de capacidades de actuación aprendidas. El modelo conductual enfatiza que: la capacidad de respuesta tiene que adquirirse y que consiste en un conjunto identificable de capacidades específicas. Además la probabilidad de ocurrencia de cualquier habilidad en cualquier situación critica esta determinada por factores ambientales, variables de la persona y de su interacción. Por lo tanto una conducta socialmente habilidosa implica tres dimensiones: una dimensión conductual (tipo de habilidad), una dimensión personal (las variables cognitivas) y una dimensión situacional (el contexto ambiental).

 

En general se han detectado cuatro dimensiones conductuales según Lazarus (1973):

- La capacidad de decir no.

- La capacidad de pedir favores y hacer peticiones.

- La capacidad de expresar sentimientos positivos y negativos.

- La capacidad de iniciar, continuar y acabar conversaciones.

 

 Desde un punto de vista empírico se han formulado las siguientes respuestas:

 

- Hacer cumplidos.

- Aceptar cumplidos.

- Hacer peticiones.

- Expresar amor, agrado y afecto.

- Iniciar y mantener conversaciones.

- Defender los propios derechos.

- Rechazar peticiones.

- Expresar opinión personal incluida el desacuerdo.

- Expresión justificada de la ira, el desagrado o el disgusto.

- Petición de cambio de conducta del otro.

- Disculparse o admitir ignorancia.

- Manejo de las críticas.

- La capacidad de solicitar satisfactoriamente un trabajo.

- La capacidad de hablar en público.

 

Esta página tiene como objetivo principal aportar una serie de sugerencias prácticas que puedan servir de guía, tanto a padres como educadores, a la hora de abordar el entrenamiento de las habilidades sociales con niños, jóvenes y adultos con o sin patologías, con o sin presentar problemas de conducta.. 

 

Cabe decir que la información reflejada en esta página no necesariamente es específica para personas con discapacidad. Las técnicas de entrenamiento en habilidades sociales, lógicamente, son aplicables a cualquier sujeto con dificultades en esta área. El educador y la familia, debidamente asesorada por un experto, sabrá en cada caso qué técnicas serán las más apropiadas en función de las características del sujeto, sus dificultades, habilidades a entrenar y necesidades específicas.

 

Las técnicas de entrenamiento en habilidades sociales más apropiadas lógicamente dependerán de la naturaleza de las dificultades del sujeto. Ya sabemos que estas dificultades pueden deberse al hecho de no haber aprendido determinadas conductas (modelo de déficit) o al hecho de que existen interferencias que impidan la puesta en práctica de dichas habilidades (modelo de interferencia). 

 

En el primer caso parece más apropiado utilizar técnicas conductuales mientras que en el segundo caso resultan más eficaces técnicas cognitivas y de control de ansiedad.

 

En ambos casos es imprescindible también un control del contexto pues ya sabemos que el repertorio de habilidades interpersonales de un sujeto va a estar condicionado, en cierta medida, por los factores externos propios del ambiente.

 

Para el aprendizaje en habilidades sociales encontrareis a lo largo del recorrido de esta página, una serie de pautas de entrenamiento y pasos a seguir. Las carasteristicas principales de los programas de entrenamiento serán:

   

    - Se fundamentan en los principios del aprendizaje.    

    - Estan orientados hacia la ampliación del repertorio de conductas que tienen los sujetos, lo que conlleva al desarrollo         de habilidades nuevas y conductas alternativas.  

    - Se basan en la colaboración activa de las personas que participan en los entrenamientos, lo que presupone su intención de         cambiar, así como la aceptación y comprensión del procedimiento. 

    - Más que técnicas terapeúticas para problemas psicologicos, se consideran procedimientos psicoeducativos de formación.    

    - Sus múltiples e indiscutibles ventajas, especialmente referidas a la existencia de una amplia evidencia sobre su eficacia, así         como la posibilidad de realizarse en grupo lo que, lejos de disminuirla, suele potenciar esta eficacia.  

    - Considera a los sujetos como agentes activos de cambio.